miércoles, 18 de noviembre de 2009
LOS ESPEJOS
lunes, 16 de noviembre de 2009
OCASO
A veces como un moneda
se encendía el sol entre mis manos
Pablo Neruda
Ella era el Sol, en su infinita ambigüedad, en su totalidad sin fin. Principio masculino, diurno y meridiano, y luz. Ella era el Sol, mujer y hombre a la vez; carne y palabra conjugados en formas de imprecisa dulzura, de súbita violencia; amada acogedora para un amante inquieto; sobrecogido amado de una amante lasciva; hembra para el varón que se rendía; varón audaz, embravecido y claro, para la hembra que apenas despertaba. Ella era el Sol que se moría, y no la noche naciente y estrellada. No era blanca de luz sideral o negra de universo insondable; era roja de piel ruborizada y de garganta abierta o surtidor de sangre; era roja de astro dominante, poderoso en el centro de su misma agonía; roja como aquel Sol que se fundía, ahogándose, tal vez igual que ella, en su deseo y su melancolía.
jueves, 12 de noviembre de 2009
FOTO DE FAMILIA
La providencia quiso que me encontrase con Fernando aquel día, cuando venía de comprar una pistola para matarme. Le conté lo de Marta y el niño y lo de mi despido. Él me apuntó el nombre y el teléfono de un abogado. “Te conseguirá una indemnización”, dijo alargándome el papel. Yo lo leí y aplacé mi suicidio. El abogado me recibió cortés y me pidió que me sentara mientras él iba abriendo el expediente. Sobre su escritorio había una foto de una mujer con un niño. El niño, en bañador y metido dentro de un flotador, sujetaba un cachorro entre sus brazos.
- Bonita familia - dije.
Él sonrió mientras asentía sin abandonar su tarea.
- ¡Has tenido que comprarle también el perro!, ¿verdad?
La sorpresa le hizo levantar la vista para encontrarse con el cañón de la pistola. Sólo dispuso de un segundo para entender quién le mataba y por qué.